Palabras a mi madre

Por Alfonsina Storni

No las grandes verdades yo te pregunto, que

no las contestarías; solamente investigo

si, cuando me gestaste, fue la luna testigo

por los oscuros patios en flor, paseándose.


Y si, cuando en tu seno de fervores latinos,

yo escuchando dormía, un ronco mar sonoro

te adormeció las noches, y miraste en el oro

del crepúsculo, hundirse los pájaros marinos.


Porque mi alma es toda fantástica, viajera

y la envuelve una nube de locura ligera

cuando la luna nueva sube al cielo azulino.


Y gusta, si el mar abre sus fuertes pebeteros,

arrullada en un claro cantar de marineros,

mirar las grandes aves que pasan sin destino.

Autor: Lilia Esmeralda Calderón Almerco

Docente, aprendiz permanente, aficionada a la poesía y a la investigación educativa.

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